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Entradas etiquetadas como ‘poesia’

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El eterno femenino – Rosario Castellanos

Voy a ponerme a cantar

el muy famoso corrido

de un asunto que se llama

el eterno femenino,

y del que escriben los sabios

en libros y pergaminos.

La Biblia dice que Dios

cometió un gran desatino

cuando al hombre formó

con lodo medio podrido

y sin ninguna experiencia

le salió como ha salido.

Un día que estaba durmiendo

en los prados del edén

Dios le quitó una costilla

para hacer a la mujer;

como ya le sabía el modo

resultó a todo meter.

Adán y Eva, desnudos,

iban de aquí para allá,

dándole nombre a las cosas,

que era misión principal:

“esta se llama jirafa

y aquel se llama alacrán.

Mientras Adán bautizaba

la pobre Eva se aburría

y fue a apoyarse a un árbol

donde una serpiente había

que le dijo:-gustas una?

y le dio manzana fina.

“Si la comes, averiguas

lo que va del bien al mal,

lo que debe preferir

lo que debe rechazar,

y la tomada de pelo

que te están queriendo dar”.

Ni tarda ni perezosa

Eva la fruta mordió,

y al momento en su cabeza

un foquito se prendió;

y bajo esta nueva luz

el Paraíso contempló.

Con un poco de trabajo

esto podría mejorar;

construirnos una casita,

la comida cocinar,

quitar ese letrero

que nos prohíbe probar.

Pero Adán era muy flojo

y no la quiso ayudar;

porque además tenia miedo

del castigo de Jehová

que lo tenía amenazado

con lanzamiento ilegal.

Adán no entiende argumentos

no hay que discutir con el.

no nació para mandar

nació para obedecer.

No comerá manzana

si no le hago un pastel.

Te voy a dar la receta,

dijo a Eva la serpiente,

y también otros secretos

para seducir imbéciles

y para ganar amigos

e influir sobre la gente.

Por fin, como ustedes saben,

ocurrió lo que ocurrió,

y un arcángel con espada

del Paraíso arrojó

a Eva y Adán, desnudos,

como maldición de Dios.

Y desde entonces, señores,

no hubo mas que trabajar,

poblar de hombres el mundo

y si se acaba, empezar

llevando muy bien la cuenta

de lo que se hizo y se hará.

Adán marchaba llorando,

y mirando para atrás

un paraíso perdido

que no va a recuperar,

y Eva pensaba en la historia

que acababa de empezar.

Señores, pido perdón

y con esta me despido.

La serpiente va enredada

en los versos del corrido

en que se cuenta la hazaña

del eterno femenino.

                        II

Voy a ponerme a cantar

el muy famoso corrido

de un asunto que se llama

el eterno femenino,

y del que escriben los sabios

en libros y pergaminos.

Unos dicen que perdió

a la humanidad entera

por comer una manzana

que los dioses le prohibieran

porque fue desde el principio

desobediente y rejega.

Por eso nacen sus hijos

entre gran pena y dolor;

y por eso no debe de entrar

al santuario del Señor,

ni a la cátedra del maestro

ni al taller del obrador.

Vuela, vuela palomita,

y salúdame al pasar

a Eva y a la Malinche,

a Sor Juana, a la Xtabay,

y a la Guadalupanita

si vas por el Tepeyac.

Porque me voy despidiendo

y no quisiera olvidar

a ninguna, aunque bien sé

que en un corrido vulgar

ni están todas las que son

ni son todas la que están.

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No te rindas – Mario Benedetti

No te rindas, aún estás a tiempo

de alcanzar y comenzar de nuevo,

aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,

liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

continuar el viaje,

perseguir tus sueños,

destrabar el tiempo,

correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

aunque el frío queme,

aunque el miedo muerda,

aunque el sol se esconda y se calle el viento,

aún hay fuego en tu alma

aún hay vida en tus sueños,

porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,

porque no hay heridas que no cure el tiempo,

abrir las puertas, quitar los cerrojos,

abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,

recuperar la risa, ensayar un canto,

bajar la guardia y extender las manos

desplegar las alas e intentar de nuevo,

celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,

aunque el frío queme,

aunque el miedo muerda,

aunque el sol se ponga y se calle el viento,

aún hay fuego en tu alma,

aún hay vida en tus sueños.

porque cada día es un comienzo nuevo,

porque esta es la hora y el mejor momento,

porque no estás solo,

porque yo te quiero.

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Las Amarguras – Ángela Botero

¿Que qué me molesta, me irrita, me roba la calma, me saca de quicio?

Pues. casi todo y casi nada. Todo depende de cómo y dónde estén mis hormonas en ese instante y de cuántas endorfinas circulen en mi cerebro.
Pero si se trata de hacer un listado, aquí va:
Las palabras que están de más.
La gente que te miente para no hacerte daño.
La tensión que se me instala en los dientes.
Las «cosas de la edad», sin importar cuáles sean.
Las lágrimas que no salen. Y siguen sin salir.
Las maletas. Nunca resultan ser las adecuadas.
No tener sesenta centímetros de cintura.
La espuma de las bañeras. No es como la de las películas.
Mi corazón, a veces, por ser tan ingenuo y tonto.
Las moscas gorditas negras.
El perfumado melón.
Lo que parece ser y no es.
La salsa bechamel.
Las multitudes.
Todo lo que está perdido.
La letra menuda.
La precisión de las matemáticas.
Ese pedacito que falta.
Esas ganas de vomitar que me dan a veces.
La gente perfecta.
Los domingos y días de fiesta de 6:00 a 9:00 p.m.
Los recuerdos incordios.

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Te acordás hermano – Mario Benedetti

¿Te acordás hermano que tiempos aquellos
cuando sin cortedades ni temor ni vergüenza
se podía decir impunemente pueblo?
cada uno estaba donde correspondía
los capos allá arriba/ nosotros aquí abajo

es cierto que no siempre
logró colarse el pueblo en las constituciones
o en las reformas de las constituciones
pero sí en el espíritu de las constituciones/
los diputados y los senadores
todos eran nombrados sin boato
como representantes de ese pueblo

ahora el requisito indispensable
para obtener curules en los viejos partidos
y algunos de los nuevos
es no pronunciar pueblo
es no arrimarse al pueblo
no soñar con el pueblo

incluso hubo un ministro mexicano
(sabines dixit) que en el sesenta y ocho
unos meses después de tlatelolco
dijo/ con el pueblo me limpio el culo
después de todo el tipo era sincero

por otra parte en las obras más doctas
de los historiadores con oficio
el pueblo aún figura en las notas al pie
y en el último tramo de la bibliografía

pero el voquible pueblo/ en general/
es contaseña de las catacumbas
de los contactos clandestinos
de las exhumaciones arqueológicas

de vez en cuando surge un erudito
que descubre que engels dijo pueblo
que gramsci el che guevara y rosa luxemburgo
que mariátegui y marx y pablo iglesias
dijeron pueblo alguna que otra vez

y ciertos profesores que todavía tienen
en sus armarios el pañuelo rojo
llevan a sus alumnos al museo
para que tomen nota disimuladamente
de cómo eran las momias y los pueblos
y claro los muchachos que absorben como esponjas
se levantan sonámbulos en mitad de la noche
y trotan por los blancos corredores
diciendo pueblo saboreando pueblo

mas como en la vigilia vigilada
ya nadie grita ni murmura pueblo
hay en las calles y en plazoletas
en los clubes y colegios privados
en las academias y en las autopistas
una paz algo densa/ a prueba de disturbios
y un silencio compacto/ sin fisuras
algo por el estilo del que encontró neil amstrong
cuando anduvo paseando por la luna sin pueblo.

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Defensa de la Alegría – Mario Benedetti

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

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