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Archivo para la Categoría "Poesía"

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Por fin llega el otoño…

Por fin llega el otoño y en cada hoja que cae, se va un poco de lo que fuimos, abriendo paso a lo que seremos…

Amo el olor de la tierra húmeda, refrescada por la lluvia que limpia y renueva… amo pisar las hojas secas y escuchar su crujido, quien haya andado conmigo, me conoce esa debilidad y ese infinito gusto… amo los colores que la tierra nos regala en uno de sus pasos por regenerarse… amo esa nostalgia que nos recuerda un poco lo que somos por dentro!!!

OTOÑO

Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran

ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda

aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha

MARIO BENEDETTI

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Nueva Tesis Feminista – Gioconda Belli

¿Cómo decirte
Hombre
que no te necesito?

No puedo cantar a la liberación femenina

si no te canto

y te invito a descubrir liberaciones conmigo.

No me gusta la gente que se engaña

diciendo que el amor no es necesario

-«témeles, yo le tiemblo»

Hay tanto nuevo que aprender,

hermosos cavernícolas que rescatar,

nuevas maneras de amar que aún no hemos inventado.

A nombre propio declaro

que me gusta saberme mujer

frente a un hombre que se sabe hombre,

que sé de ciencia cierta

que el amor

es mejor que las multi-vitaminas,

que la pareja humana

es el principio inevitable de la vida,

que por eso no quiero jamás liberarme del hombre;

lo amo

con todas sus debilidades

y me gusta compartir con su terquedad

todo este ancho mundo

donde ambos nos somos imprescindibles.

No quiero que me acusen de mujer tradicional

pero pueden acusarme

tantas como cuantas veces quieran

de mujer.

 

 

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El eterno femenino – Rosario Castellanos

Voy a ponerme a cantar

el muy famoso corrido

de un asunto que se llama

el eterno femenino,

y del que escriben los sabios

en libros y pergaminos.

La Biblia dice que Dios

cometió un gran desatino

cuando al hombre formó

con lodo medio podrido

y sin ninguna experiencia

le salió como ha salido.

Un día que estaba durmiendo

en los prados del edén

Dios le quitó una costilla

para hacer a la mujer;

como ya le sabía el modo

resultó a todo meter.

Adán y Eva, desnudos,

iban de aquí para allá,

dándole nombre a las cosas,

que era misión principal:

“esta se llama jirafa

y aquel se llama alacrán.

Mientras Adán bautizaba

la pobre Eva se aburría

y fue a apoyarse a un árbol

donde una serpiente había

que le dijo:-gustas una?

y le dio manzana fina.

“Si la comes, averiguas

lo que va del bien al mal,

lo que debe preferir

lo que debe rechazar,

y la tomada de pelo

que te están queriendo dar”.

Ni tarda ni perezosa

Eva la fruta mordió,

y al momento en su cabeza

un foquito se prendió;

y bajo esta nueva luz

el Paraíso contempló.

Con un poco de trabajo

esto podría mejorar;

construirnos una casita,

la comida cocinar,

quitar ese letrero

que nos prohíbe probar.

Pero Adán era muy flojo

y no la quiso ayudar;

porque además tenia miedo

del castigo de Jehová

que lo tenía amenazado

con lanzamiento ilegal.

Adán no entiende argumentos

no hay que discutir con el.

no nació para mandar

nació para obedecer.

No comerá manzana

si no le hago un pastel.

Te voy a dar la receta,

dijo a Eva la serpiente,

y también otros secretos

para seducir imbéciles

y para ganar amigos

e influir sobre la gente.

Por fin, como ustedes saben,

ocurrió lo que ocurrió,

y un arcángel con espada

del Paraíso arrojó

a Eva y Adán, desnudos,

como maldición de Dios.

Y desde entonces, señores,

no hubo mas que trabajar,

poblar de hombres el mundo

y si se acaba, empezar

llevando muy bien la cuenta

de lo que se hizo y se hará.

Adán marchaba llorando,

y mirando para atrás

un paraíso perdido

que no va a recuperar,

y Eva pensaba en la historia

que acababa de empezar.

Señores, pido perdón

y con esta me despido.

La serpiente va enredada

en los versos del corrido

en que se cuenta la hazaña

del eterno femenino.

                        II

Voy a ponerme a cantar

el muy famoso corrido

de un asunto que se llama

el eterno femenino,

y del que escriben los sabios

en libros y pergaminos.

Unos dicen que perdió

a la humanidad entera

por comer una manzana

que los dioses le prohibieran

porque fue desde el principio

desobediente y rejega.

Por eso nacen sus hijos

entre gran pena y dolor;

y por eso no debe de entrar

al santuario del Señor,

ni a la cátedra del maestro

ni al taller del obrador.

Vuela, vuela palomita,

y salúdame al pasar

a Eva y a la Malinche,

a Sor Juana, a la Xtabay,

y a la Guadalupanita

si vas por el Tepeyac.

Porque me voy despidiendo

y no quisiera olvidar

a ninguna, aunque bien sé

que en un corrido vulgar

ni están todas las que son

ni son todas la que están.

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Allende – Mario Benedetti

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama
porque el hombre de la paz era una fortaleza

para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar más para seguir matando
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza

para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa
una armada una hueste una brigada
tuvieron que creer que era otro ejército
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques más rencores
más bombas más aviones más oprobios
porque el hombre del paz era una fortaleza

para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

 

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No me pongas la capucha – Mario Benedetti

Siento que mi pueblo escucha
cuando canto lo que siento.
Ganapán del escarmiento,
no me pongas la capucha.

No vas a conseguir nada:
no claudico ni me entrego
debajo del trapo ciego
no está ciega mi mirada.

Andá haciéndote a la idea
de que pese a tus sanciones,
tu micado y tus precauciones,
te miro aunque no te vea.

Mientras tiembla tu victoria
que es de barro y es de Pirro,
tu rostro de pobre esbirro
lo he aprendido de memoria.

Siento que mi pueblo escucha
cuando canto lo que siento.
Ganapán del escarmiento,
no me pongas la capucha.

Hay algunas leyes viejas
que son casi permanentes:
en tu voz están tus dientes,
tu nariz y tus orejas,

y en tu rencor asustado
y en tu alarido del día
están tu mirada fría
y hasta tu ceño arrugado.

Te miro aunque no es lo mismo,
te miro aunque no te escupa.
Mi memoria es una lupa
que repasa tu sadismo.

Mirá que sigue la lucha
y sigue el pueblo despierto.
No te suplico. Te advierto:
no me pongas la capucha.

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Grito Interno – Zerynthia Rumina

Quiero que llegue el sol

hasta mi cama del pasado invierno,

en la que ahora vacío mis días.

La almohada es más fría

que la noche de un vagabundo

refugiado en su único abrigo, el vino.

Quiero que mi suerte cambie,

ver las mañanas como antaño podía,

oler las flores, ser más amable.

Quiero pensar que crezco,

esta vez

la vida no estará torcida.

Quiero creer en el amor,

en tener esa familia y

amigos anhelados.

Quiero disfrutar de mil caricias

que no se agoten,

que sean la fuente de mi vida.

Quiero tener amigos

que partan de ser verdaderos amigos,

que la palabra no les quede grande.

Quiero sentirme, a solas, bien,

invitando a la soledad

pero, que no se apropie de mis días.

Quiero querer sin miedo,

que las heridas no existan

detrás de cicatrices.

Quiero invitarme e invitarte

a lo mejor de nosotros,

a lo mejor de la vida.

Y termino…

Queriendo dormir,

dormir en toda su esencia,

pero como dije antes,

Quiero que llegue el sol hasta mi cama,

Pudiendo, otra vez,

Llenar todos mis días.

Mario Benedetti – Desaparecidos

 

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